lunes, 25 de marzo de 2013

Decisión , un acto

Comenzar un análisis, es una decisión que aparece como consecuencia de múltiples motivos, cierto malestar mas o menos intenso, angustia, ganas de cambiar cosas, o por insistencia de un tercero familiar o médico, para enumerar algunos. Lacan en un texto llamado El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma. Nos enseña que existe una lógica de la decisión, en la cual están incluidos tres tiempos, él los llama tiempos lógicos, lo que quiere decir que no es uno sin los otros y no tienen que ver con lo cronológico. Son: 1) Instante de ver 2) Tiempo de comprender 3) Momento de concluir. En el texto Lacan desarrolla un nuevo sofisma en donde la validez lógica remite a lo que no se ve, y a dos momentos de duda, o vacilación, que lejos de provocar desconcierto afirman al sujeto en su conclusión. El tercer tiempo conlleva la acción, Acto con mayúscula, que si bien es inmediato no es impulsivo ; Acto que se transita con cierto apuro por haber llegado a la decisión que se sabe acertada. Un Acto así, que implique estos tiempos, estas escansiones, no es sin temor, no es sin angustia, no es sin riesgo, es en soledad, sin garantías, es tomar la responsabilidad de avanzar un paso, de subir un escalón, solo por querer hacerlo. Lacan también nos dice que en este Acto el sujeto arranca de la angustia su certeza. Basa esta afirmación en que la angustia es el único afecto que no engaña, se siente hasta en el cuerpo, es verdadera. Entonces si estamos a la altura de apoyarnos en el deseo que nos empuja, a pesar de la angustia, alcanzaremos esa certidumbre tan propicia para nuestros objetivos y anhelos. Comenzar un análisis, entonces puede ser un Acto o, un acto.El Acto de comenzar un análisis, es la condición de posibilidad de emprender la dirección hacia la dimensión del deseo; el tiempo subjetivo toma diferentes tiempos cronológicos. Muchas veces los pacientes en momentos de detención, se quejan, dicen seguir igual, no avanzar, nosotros, analistas también sentimos esa detención y nos preguntamos qué pasa. El camino de esta experiencia, complejo, no lineal, más bien circular, da vueltas sobre algo que insiste y vuelve al mismo lugar, pero, este volver no es igual, eso es lo que no debemos perder de vista, se vuelve al mismo lugar pero no igual, la metáfora del laberinto es interesante para colorear que hay una entrada, muchos caminos llevan al centro y se sale por donde se entró, no se sale igual, por lo cual al entrar nuevamente se cuenta con otras herramientas para la próxima vez. La alienación significante sería, se podría decir, una entrada, y consentir en ser representados por el significante, sería la salida. Hay que enterarse que estamos adentro en primer lugar, después, veremos cómo salir. Entrada, salida, primer lugar y después, son modos de explicar algo que se produce al mismo tiempo, y de manera única en cada ser hablante.

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